viernes, 11 de junio de 2010

NUESTRAS DEMOCRACIAS.

NUESTRAS DEMOCRACIAS.
Por: Cheo Breñas.

Hoy, hasta los comunistas aseguran gobernar democráticamente.

A diario veo y leo sobre los criterios e indirectas de los líderes o representantes de los gobiernos que manejan los destinos de nuestros pueblos. Tanto de una parte como de la otra suelen utilizar improperios ofensivos y faltos de ética, que más que suscitar un problema entre naciones, sólo sirven para afianzar ideologías y extensión de poderes para esta sarta de politiqueros que nos gobiernan hoy en día… y que por supuesto nos ha gobernado siempre.

Todos aseguran que su gobierno está ahí para ayudar al pueblo y que su compromiso va más allá de su yo propio. Que su sistema es el mejor y que quisieran servir al pueblo de por vida. -¡Qué sacrificados!- Que van a acabar con la pobreza y se van a preocupar porque todos seamos iguales (aplausos); y el pueblo de nuevo a soñar con la lectura mágica de los cuentos de politic-adas.

Lo que más me llama la atención es la cantidad de personas que acuden a escuchar estos discursos baratos, donde nos quieren hacer creer que están haciendo (o harán) todo lo que pueden para ayudarnos. ¡Vaya cinismo! Pero como decía mi abuelo, -siempre que te compren, vende. Y es exactamente lo que hacen esta bola de desalmados cuando enardecen a los pueblos con su elocuencia y promesas que ni Dios puede cumplir.

Es una madeja colmada de hipocresías que empieza desde el empleado consentido (entiéndase chofer, criado, “tracatán o barbero” etc.) que aspira a un puestecito y que convence a sus amigos y allegados para que voten por su patrón, hasta los que corren con las campañas electorales haciéndole al convencido de la grandeza y buenas intenciones de su aspirante.

De ahí deviene la democracia, del derecho a que todos podamos ser el jefe. Aunque en realidad todos no podemos serlo porque no tendríamos a quien mandar. Lo cierto es que mientras más personas participan en este juego, a más personas tenemos que mantener los que preferimos vivir en tranquilidad y de nuestro trabajo. El día que aceptemos que no hace falta tanta gente para guiarnos y dejemos de acudir a las urnas para elegir a uno que otro parásito, nos alcanzará más la vida y el dinero, pues pensando que nos hacemos un bien al elegir a amigos y gente que nos cae bien creyendo que nos va a ir mejor, cometemos el error de agregar “hijos-bobos” a la distribución del poco salario que ganamos. Total… que tanto en un sistema como en otro a la gente no le queda de otra que sobrevivir porque los intereses se mueven alrededor de los propósitos de los de arriba y la lucha se enfoca más entre las pretensiones personales de los gobiernos que en las necesidades de los pueblos. No nos engañemos más que la bolita siempre salta hacia arriba y jamás se queda en nuestras manos.

Los “dimes” y los “diretes” de esos acalorados discursos tienen un solo fin; la perpetuidad en el poder para seguir robando y viviendo bien. ¿Cuándo has visto a un pobre llegar a la cúspide y al terminar su mandato regresar a su pobreza o a una vida normal con gente común como la que dejó atrás cuando estuvo al mando? Entonces… si lo ves y lo sabes, porqué le sigues haciendo el juego a estos conquistadores de posiciones.

miércoles, 9 de junio de 2010

EL RIESGO DE PENSAR DIFERENTE.

EL RIESGO DE PENSAR DIFERENTE.
Por: Cheo Breñas.

Tal vez existan otros países donde sea un riesgo “PENSAR DIFERENTE”. Pero… estoy seguro que en ninguno, este es tan alto como en mi Cuba.

Las consecuencias del derecho a opinar son tan desastrosas, que pueden conllevar no sólo a purgar una condena de cárcel injustificada, si no, hasta la muerte misma provocada.

En un sistema comunista como el de los Castros, donde se hace sólo lo que ordena el comandante en jefe, el hecho de “PENSAR DIFERENTE” es como una plaga para el gobierno y es combatido sin misericordia por este. El temor desesperante a que personas con otro punto de vista puedan provocar un desequilibrio en la sociedad, conlleva a que los dirigentes de esta incongruente dictadura, recurran a todos los esquemas posibles, por muy inhumanos que estos sean, para mantener el control

En cualquier otro país del mundo cuando piensas contrario al gobierno que impera, sabes que tienes un problema de índole político, pero no te consideran enemigo del pueblo. Y siempre y cuando tu reclamo no llegue a la violencia, no serás otra cosa que un desafecto a ese sistema. En Cuba no es así, desde el momento en que te expresas con una opinión diferente, sabes que estás borrado de todo aquello a lo que aspiras y tienes, y que además tu nombre es anotado automáticamente en el temible libro de los enemigos, es decir, de los mercenarios pagados por el imperialismo yankee, que intentan (según ellos), desestabilizar el curso de la revolución. Por ende; desde ese momento te quedas sin trabajo porque todos los centros laborales son del estado y el estado no admite opositores dentro de su seno.

Desde el instante en que, (como decimos en Cuba) te señalan; tu vida da un giro de 90 grados y pierdes todos tus derechos como ciudadano. Tu foto y nombre completos se filtran en todas las esferas del estado para que no puedas conseguir trabajo en ninguna parte del país. Los Comité de Defensa de la Revolución (que existe uno en cada cuadra), te vigilarán día y noche para que no puedas además, moverte a tus anchas ni siquiera dentro de tu propia casa.

Por eso es tan difícil pasar a formar parte del grupo de los opositores (o disidentes) en Cuba, porque terminarás delinquiendo para llevar un poco de comida a la boca de los tuyos. Te verás forzado a moverte en el obscuro mundo del mercado negro para conseguir los centavos que te ayudarán en la subsistencia y comenzarás a formar parte de una inmensa mayoría que pernocta entre las vicisitudes de un pueblo, que se ha perdido en los abismos del desaliento, la desesperanza y la ausencia de sueños y propósitos en la vida.

Al final, si después de esta osadía de manifestar tu criterio, incurres en delitos como el de reunirte con otros opositores o el de hablar mal en público de alguna de las figuras del régimen estén vivos o muertos; terminarás en la cárcel como preso de conciencia o por “PELIGROSIDAD”, que es un delito inventado por los comunistas, donde se te recluye por 4 años porque la policía (piensa o estima) que estás a punto de cometer un delito grave (y para que no llegues a cometerlo es preferible encerrarte, así la sociedad no estará en peligro de las decisiones de una persona como tú).