jueves, 28 de enero de 2010

DEJEN AL HOMBRE TRABAJAR

DEJEN AL HOMBRE TRABAJAR.
Por: Cheo Breñas.

Si algo disfruté de este informe del presidente Barak Obama ante el Estado de la Unión fue, ver las caras de los republicanos durante el discurso.

Si fuiste un buen observador habrás notado en sus rostros la marcada sonrisa que simulan los perdedores para aparentar no sentirse derrotados. Es algo así como una macabra mueca que no logra ponerse de acuerdo con la mirada, la que sufre definitivamente de un enorme vacío que se puede notar hasta y a través de la difusa imagen de una cámara de televisión.

Ahí estaban, a regañadientes y obligados a escuchar a un triunfador, al que todavía no han podido asimilar dada la ineptitud de sus laceradas inteligencias y la inconformidad de no haber logrado mantener el puesto.

En lugar de dedicar su tiempo a luchar por enderezar la estabilidad de este país (al que por supuesto han destruido ellos), no han hecho otra cosa que boicotear las intenciones de su presidente. NO, NO y NO… Es todo lo que sale de sus gargantas cuando el mandatario expone. Un total y aferrado círculo de negativas que no hace otra cosa que frenar el progreso de su nación. ¿Cuándo entenderán que el país está primero y que fueron puestos ahí para defender los intereses de su pueblo y no las fortunas personales o las de algún que otro insaciable millonario?

DEJEN AL HOMBRE TRABAJAR, QUE QUIÉRANLO O NO, ES SU PRESIDENTE

lunes, 25 de enero de 2010

AVES DE RAPIÑA SOBRE HAITÍ

AVES DE RAPIÑA SOBRE HAITÍ.
Por: Cheo Breñas.

Parecen la gran verdad, tú los ves tan serios, compungidos y tristes que hasta se los crees. Los políticos y los religiosos, por supuesto que haciendo campaña, captando adeptos y promoviendo su imagen. Y los medios de comunicación haciendo su agosto con los videos y fotografías. ¡Tremendo drama!, hasta me hacen llorar con sus clasificadas imágenes.

De acuerdo a lo que se, los comunicadores, el único compromiso que tienen es el de hacernos llegar la información con claridad; ahora resulta que son actores que de acuerdo al caso hacen brotar los sentimientos con tanta pasión que parece que lo sienten. Cargan a los niños, se hacen parte de las familias en desgracia y fingen tan descaradamente el dolor que llegan a confundirse con los afectados. Y todo por lograr una “nota”.

Ahí tienen a Fernando del Rincón y a las chicas de “Al Rojo Vivo” y “Primer Infarto” perdón… quise decir “Primer Impacto” y de otros tantos noticiarios y prensa escrita del planeta, a punto de llorar dando las noticias de Haití; ni ellos mismos se lo creen, pareciera como si sus familias hubieran perecido en la catástrofe. Está bien que se conduelan por esta desgracia, pero sin tanto drama no. Además… Haití lleva 400 años (incluyendo los doscientos de “diz-que” libertad), sufriendo un interminable terremoto de hambre y miseria que a nadie le ha importado nunca, todos los ciclones que se pierden en el caribe pasan por ahí dejando muerte y desolación y a nadie le ha importado nunca. Ahora quieren redimir todos estos años olvidados aprovechando la ocasión, con una lágrima. ¡Que hueva!

Ya no caben en mi archivo la cantidad de políticos, religiosos y sobre todo actores que aprovechando su buena posición y dinero, se han dado un brinquito a Haití para sacarse fotos con los damnificados. Me temo que el mercado de máscaras con semblante de tristeza está haciendo su agosto.

Otro caso es el de Don Francisco, que ha hecho una enorme fortuna a costa del sentimiento de la gente. Desde su programa de los sábados donde se vale de todo tipo de artimañas para entretener a su audiencia, (empezando por la vejación a los nuevos valores del canto y terminando con el regalo de un carro que ni siquiera es de él), hasta su “lloradero” de los miércoles donde “Don Francisco presenta” a personajes famosos, que por alguna razón seden a ventilar sus miserias personales ante las cámaras. Esto sin contar la participación gratis de los artistas que presenta, (de los que se burla cuando puede) y que estos permiten por la indiscutible promoción que les hace. Todo un “maharajá” de la pequeña pantalla con un poder ilimitado y una experiencia sin escrúpulos. Ahora lo podemos ver (igual que en otras ocasiones donde el motivo lo ha merecido) de estrellita ante las cámaras como un “Jesucristo”, promoviendo su imagen sentimental ante los desafortunados y recolectando como es su costumbre, el dinero de los demás; que de alguna manera le deben favores y por lo que les conviene participar en este circo. Lo que no sabe (o mejor dicho, “si sabe”) este señor, es que los pobres y los desvalidos existen gracias a gente como él, que sin detenerse a mirar las necesidades ajenas, amasan enormes fortunas que a la larga pesan sobre los hombros de aquellos, a los que hoy pretende convencer con su trágica y bien ensayada máscara.

Como a este Don Francisco podemos ver a muchos otros, que aprovechándose de este infortunio, pretenden vender su imagen con palabras bonitas y caras tristes. Esta bueno ya de tanta hipocresía, ábranse a las necesidades de este mundo y compartan todo eso que no utilizan para que de una vez se estirpe la pobreza y podamos vivir tranquilamente.

La desgracia que ha sufrido hoy el pueblo de Haití, no debe ser un motivo promocional para los agraciados. Compruébenle a aquello que aman, (sea un Dios o un Demonio) o cualquier otra cosa a la que le deben su suerte, que son agradecidos distribuyendo algo de lo que les han proporcionado. No es necesario amasar más de lo que necesitas cuando otros no tienen ni para comer.

Desde su independencia de los franceses en el año de 1804, los pobladores de Haití no han hecho otra cosa que sobrevivir a los embates tanto naturales, como de abandono ante la opinión pública mundial. Nadie los escucha o apoya en sus reclamos por conseguir un mejor medio de vida, cuando todo el mundo sabe que estas son manipuladas por la élite gobernante en contubernio con empresas y países que se nutren de las pocas riquezas naturales que aún les quedan. Con un aporte presupuestario anual de la comunidad internacional bastante encomiable, con suficiente fondo como para que el país se estabilice, la pobreza se mantiene en cifras extremas. Esto, como todos sabemos, se podía resolver obligando al gobierno a hacer una equitativa distribución de esta ayuda entre sus residentes. Pero no… y como siempre, “las ayudas” quedan en las arcas de un pequeño grupo de cabrones, que vive sobradamente de este sacrificio público internacional.

En cuanto a la ayuda que en estos momentos es enviada de todas partes del mundo para apoyar a esa pobre gente, yo no se donde está porque los residentes de ese país siguen pasando hambre y necesidad. En este pequeño pueblo donde vivo se ha recolectado una gran cantidad de enceres bastos para alimentar por varios días a una gran parte de esa población. ¿Cuántos pequeños pueblos como este donde vivo existen en el mundo que han hecho lo mismo que nosotros? ¿Sabe usted la cantidad de comida y dinero que es? Pregúntese entonces como yo, ¿Dónde está? ¿Por qué no ha llegado a esas personas? Lo que si se puede apreciar es que mientras unos gozan la importancia de ser adorados por un pedazo de pan, otros disfrutan el “viaje todo pagado” para alguna labor involucrada. ¿Cuándo entenderán las personas que la ayuda es una espontaneidad que se da en el momento en que los demás lo necesitan y no cuando uno quiere y si ésta, es de alguna manera redituable?

Ahora tenemos un grupo de sentimentalista que pretende “repartirse los negritos” que según, no tienen familia. Todavía no saben si estos niños son verdaderamente huérfanos y ya andan disputándose esta (y lo digo con franqueza) mercancía. Entre ricos, empresarios de la trata de esclavos y depredadores, tratan de adueñarse de estas desamparadas criaturas, cuando es un hecho que los preferirían “blancos”. ¡Qué ironía!; África está llena de inocentes que mueren de hambre cada segundo y a ninguno se le ocurre adoptar a esos pequeñines, además de que un sinfín de niños de la calle en América Latina, anhelan ser favorecidos por una familia y entre las leyes absurdas de “gobiernos moralistas e hipócritas” que colman de trabas estas intenciones y un jugoso negocio que se escurre entre la corrupción innata de nuestros países, no se llega a concretar nunca una adopción legal obligando al denigrante tráfico de niños. ¿Será que es ahora el momento de aprovecharse y justificar ante la opinión pública, la bondad de sus nobles “pero dudosos” corazones o tal vez necesiten sirvientes al futuro? ¡Qué mal anda este mundo! ¡Qué manera de hacer dinero con el dolor ajeno!

Por la experiencia de años pasando lo mismo cuando algún país del tercer mundo cae en desgracia, dudo que el final de toda esa ayuda sea el destino en cuestión. El camino es largo y los permisos de embarque y admisión podrían demorar más de lo previsto. Que pena que nuestra intención de ayudar vaya a parar a los bolsillos de otro… que al final no lo necesita tanto como nosotros.

viernes, 22 de enero de 2010

EL DIABLO EN HAITÍ

EL DIABLO EN HAITÍ
Por: Cheo Breñas.

Por lo visto el “Sr. Diablo” sólo tiene presencia entre los pobres y sobre todo entre los negros. ¿Cuándo se darán cuenta los blanquitos y los riquillos, que este “señor Diablo” no tiene ninguna necesidad de vivir entre los perdedores, pero que si es definitivamente razonable que conviva entre los pudientes y embusteros?

Ahora resulta que… (Según el razonamiento de este predicador de la mentira, el señor Pat Robertson) los negros haitianos hicieron un pacto con el Diablo para sacar a los franceses de su tierra. Que poco conoce este señor de la historia y el valor de los nacidos en el Caribe. La biblia le ha entorpecido tanto el cerebro que lo ha alejado definitivamente de la realidad, sumiéndolo en ese mundo lleno de aduladores que lo apoya, lo consiente y lo enriquece.

Señor Pat Robertson, si usted leyera en verdad esa biblia que tanto manosea en sus disertaciones y razonara lo que allí dice; sabría que quien reina el presente de este mundo (según ese libro), es “el Diablo”. ¿Cómo se le ocurre pensar que esté de parte de los jodidos? Y Si le da además, un poco de uso a sus neuronas, comprendería que a ese “señor Diablo” no le conviene perder adeptos cuando se disputa con el “señor Dios” la propiedad de este hemisferio. ¿Usted cree que si los haitianos hubieran hecho un pacto con él, los abandonaría para que el Sr. Dios se anotara un punto en las elecciones? ¿Cometería usted esa torpeza? ¿Aplastaría usted a sus seguidores? Yo pienso que quienes han hecho un pacto con ese señor (me refiero al Diablo) son ustedes. No es lógico para mí que haya tanta gente como usted, viviendo tan bien y derrochando tanto dinero “con la gracia de Dios”. No cabe en mi mente que ese Dios que según ustedes es tan justo, ayude tanto a los ricos y deje morirse de hambre a los pobres. Vea nada más donde ocurren los desastres y quiénes son los que más pierden. En ese libro que tanto ustedes proliferan y venden dice: -que es más fácil meter un camello por el hueco de una aguja que un rico entre en el reino del señor-. ¿Entonces, porqué todos los que profesan su palabra se empeñan en vivir como ricos, en inmensas mansiones, con extremados lujos y un montón de sirvientes? No se supone que ustedes llevan a cabalidad las enseñanzas de su señor. ¿O será que adoran ustedes al Dios equivocado vendiendo una mentira?

Se me hace muy curioso el que no haya podido encontrar en español, ninguna reseña completa de su biografía. O Wikipedia no lo considera relevante o a usted no le interesa que los hispano-parlantes lo conozcan porque nos cree engendros de Lucifer.

No se vale Mr. Robertson, como piensa usted llegar a la viña de “su señor”, si no es capaz de acatar las más insignificantes de sus leyes y ordenanzas. Además… quien se cree usted para insultar de tan mala manera a los demás hijos de “su señor”. ¿Como se le ocurre acusarlos de ese modo? Le aconsejo sanamente que busque otro oficio porque su cerebro hace mucho tiempo que dejó de razonar y no siga defendiendo a un Dios al que todo le sale mal, desde nuestra creación hasta la de este planeta al que no sabe ni supo nunca controlar.

Sepa usted que los haitianos sacaron a los franceses de su patria de la misma manera que ustedes a los ingleses, con coraje y valentía y el hecho de que vivan en la pobreza se debe entre otras cosas a que son negros, como lo son también sus olvidados y explotados hermanos africanos. Además de que por su ignorancia no han tenido la suerte de contar con gobiernos democráticos con sentimientos humanos, a los que pueda interesarle más el bienestar del país que el propio.

miércoles, 20 de enero de 2010

¡GRACIAS A DIOS!

¡GRACIAS A DIOS!
Por: Cheo Breñas.

Si algo me llama la atención de los seres humanos es la hipócrita costumbre de dar gracias por todo; y sobre todo… a Dios.

Cada vez que sucede una desgracia y los reporteros comienzan a entrevistar a los sobrevivientes, la primera frase que se escucha es: -…yo quedé vivo ¡Gracias a Dios!- Y resulta… que a la persona en cuestión, “el vendaval” o lo que fuere… le llevó a toda su “numerosa” familia, sus bienes y le dejó además laceraciones en su cuerpo de gran envergadura.

¿Cómo es posible que a pesar de todo esto, todavía le den ¡Gracias a Dios!? Será que tienen aserrín en el cerebro o que no se les ocurre otra cosa que repetir esta ya tan gastada frase que sus guías le enseñaron. Yo se que gente inescrupulosa (vividores de la palabra), han penetrado muy fuertemente en el cerebro de estas personas, haciéndoles creer que deben agradecer a Dios por sus vidas. Pero ya es tiempo de que recapaciten y miren hacia delante, que razonen sobre los aconteceres de este mundo y que empiecen a dilucidar sobre la realidad que nos envuelve.

¿Qué tiene que agradecerle a Dios una persona, que ha perdido todo lo que tenía un porqué en su vida? No es justo que te arranquen todo aquello que amaste y además tengas que agradecer irónicamente a quien, de alguna manera y según dicen, tiene el suficiente poder para evitarlo. ¿No será acaso una locura imaginar esto? ¿Cómo está eso de que por una parte te digan “amaos los unos a los otros” y te enseñen a querer a la familia inculcándote el amor por los tuyos, cuando en otro momento y sin el menor escrúpulo, te los matan? ¿De qué sirve estar vendido a un Dios que cuando lo necesitas no está ahí para ayudarte? Lo curioso es que después te hacen creer que algún propósito tuvo el “señor” para dejarte a ti con vida. ¿Y para que querrías la vida si todo aquello por lo que luchaste se esfumó como por arte de magia? ¿Para que querrías la vida si tus hijos y todo aquello que amabas ha desaparecido? ¿Y para que querrás entonces la vida si ya no te quedaron fuerzas ni salud para seguirla?

El mundo está lleno de frases como estas, que de tanto escucharlas se van haciendo parte de nuestra expresión y cotidianidad. Frases como: -Alabado sea el señor-, -Que Dios te bendiga-, -¡Ay Dios!-, -Que la paz del señor sea contigo-, -Primero Dios-, - amen-, -amen- y –amen. Frases que pasadas de ser un modismo, no encierran otra cosa que una intención calculada para recordarnos la existencia del susodicho “Señor”, que a la larga, sólo ha demostrado ser un incompetente ante los problemas de la humanidad, serpenteando cada desgracia y dejándonos caer sin inmutarse en ellas.

jueves, 7 de enero de 2010

EL CAMBIO CLIMÁTICO

EL CAMBIO CLIMÁTICO
Por: Cheo Breñas.

Que haya dos o tres “Tsunamitos” al año que maten a cientos de personas –que importa-, que resulten 10 o 15 “huracancitos” categoría 5 que destrocen nuestras costas y las casas de los que allí viven –que importa-, que se congele la mitad del mundo o que las lluvias arrasen con las colonias más pobres de Latinoamérica; -¡a quien le importa!- Los que pueden detener esto no lo harán, porque para ellos lo único que tiene importancia son los dividendos que arrojan sus fábricas y sus investigaciones de… y para el mercado.

Ellos, los más astutos, los que no tienen necesidades, los que ven el mundo de otro modo porque nada tiene más importancia que su bienestar “NO LO HARÁN”. Esos, los que viven como reyes a costa del sudor de los demás (que somos nosotros, la mayoría), no les interesa lo que pueda pasar porque tienen un lugar apartado en las “Súper-Arcas de la película (2012) -Vive bien hoy porque el futuro es incierto y la vida tiene su final al doblar de la esquina-

En fin que nadie podrá lograr que estas personas o consorcios, cierren o abandonen una fábrica que produce millonarias sumas de dinero al año si no es por la fuerza; algo que no tenemos los afectados porque también está en sus manos de ellos.

Los otros, los que se la pasan jugando a los “soldaditos”, tampoco detendrán la ola armamentista que está poniendo en peligro a la humanidad, por que tienen con ello un gran mercado. La dominación ha sido el principal interés de los hombres desde el amanecer de los tiempos y estos fabricantes de desastres lo saben, por eso jamás dejarán de producir estos artefactos bélicos, porque la ambición de poder es más fuerte que el futuro de las civilizaciones. Tampoco lo harán las empresas petroleras porque aunado a su desarrollo va el poder, ya que el dinero manda.

Ahora… no obstante toda esta suspicacia de estos elegidos y lo que los culpamos y demandamos en todas las cumbres, debemos aceptar un poco de culpa en esta debacle.

El desarrollo ha sido definitivamente importante para la humanidad trayéndonos enormes complacencias y un mejor sistema de vida, lo que jamás nos detenemos a razonar es el daño que hacemos inconcientemente a nuestra gigantesca casa.

Es cierto que la necesidad nos obligó a vivir en comunidades. Primero porque comprendimos que unidos era más fácil cazar al Mamut que necesitábamos para alimentarnos y después porque de esta manera nos podíamos defender más fácilmente de ataques y hordas de delincuentes asesinos que intentaban quitarnos lo poco que teníamos. Con el tiempo los mercaderes influyeron resolviendo algunos aspectos que de un momento a otro se fueron convirtiendo en necesidades y por último los políticos nos agruparon con sus ideas reformistas en estas enormes ciudades, donde hoy convivimos para su beneplácito y enriquecimiento

Lo que nunca observamos con criterio es la forma en que lo hacemos. No obstante las emisiones de los gases que esparcen ciertas fábricas o la indiscriminada deforestación en contra de nuestra vegetación, debemos tomar en cuenta otras barbaridades que cometemos tratando de aligerar nuestro confort.

Esos enormes edificios y descomunales casas innecesarias (cuando con un cuarto basta), significan un peso enorme para nuestra tierra. Esa cantidad de kilómetros cuadrados que pavimentamos para rodar nuestros vehículos y formar nuestras ciudades, tapan inconcientemente los poros por donde se supone debe respirar este planeta, evitando de alguna manera con estas extensas construcciones, que le llegue el agua pluvial que le suministra el oxígeno y los rayos de ese enorme astro que nos calienta y que tanto necesita. ¿Acaso sería descabellado pensar que ese petróleo que extraemos de sus entrañas pueda ser su sangre? Y que este desangramiento también pueda provocar que estemos dejando sin fuerzas a esta enorme pelota donde vivimos, privándole de lo más necesario para su subsistencia. A todo lo que existe le circula de algún modo un fluido sanguíneo, pues para vivir es necesario el movimiento y la naturaleza equipa a cada ser viviente de lo necesario para su supervivencia, ¿porqué a la tierra no?

Lo que es bueno para unos, es por ende y con seguridad malo para otros. Y a esos que se la pasan creando desgracias para los mercados, porque no se preocupan un poco en hacerlo para nuestro bien.