viernes, 26 de febrero de 2010

RAZONAR (Nueva materia escolar)

RAZONAR (Nueva materia escolar)
Por: Cheo Breñas.

Cuando los padres dejen de inculcar a los hijos sus criterios, las iglesias se abstengan de corromper los cerebros de los niños con idioteces y los gobiernos eviten sembrar en las escuelas sus ideologías; los hombres, entonces, podrían manejar con mayor efectividad las naciones y recuperar la estabilidad de este mundo.

Todos los padres quieren que sus hijos sean como ellos, tengan sus propios gustos y piensen de su misma manera; el resto pretende que estos alcancen las metas que ellos no pudieron y se conviertan en aquello que tanto soñaron.

Por otra parte, los gobiernos, con toda la malsana intención de preparar sus soldados del futuro, inyectan en las mentes de estos inocentes todo tipo de ideologías e historias manipuladas, convirtiendo a estas criaturas sin el menor escrúpulo en defensores de sus intereses.

Y finalmente los religiosos que creídos en lo que profesan, inoculan en los niños esa fantasía llena de incoherencia que los trastornará para toda su vida

Alguien dijo una vez “Las costumbres se hacen hábitos” y nada es más cierto. Esas viejas costumbres arraigadas que pasan al través de los siglos de familia en familia, son el peor diagnóstico para el desarrollo de una sociedad.

Los seres humanos necesitamos razonar de forma libre lo que nos acontece y exteriorizar nuestro criterio con propiedad. Por supuesto que necesitamos la orientación y la enseñanza pero no con la obligación implícita. Nadie nace sabiendo pero sí, todos tenemos el derecho a razonar sobre lo que aprendemos.

El cerebro es algo muy complicado y cuando está en su momento de apertura es muy fácil de inducir, manejar, convertir y subyugar. Si con la enseñanza va impuesta la obligación estamos creando autómatas. Una cosa es enseñar y otra muy distinta es inducir. Es bueno trasmitir a nuestros retoños lo que aprendimos, pero permitámosle que hagan su propio razonamiento al respecto, para que de esta manera puedan trazar su destino. Si desde niño le inculcas una religión basada en un Dios que jamás viste, estás trastocando su cerebro de manera que en el futuro no sabrá distinguir la realidad de la fantasía. Si le obligas a respetar a personas que nunca conociste basado en historias de tipo patrióticas o arribistas, lo convertirás en un soldado que morirá defendiendo ideas erróneas y manipuladas por algún cabrón político y si lo obligas a amar ese pedazo de tierra donde nació no podrá desarrollarse totalmente en el lugar donde le toque vivir, porque siempre añorará ese espacio.

Una vez leí “que no es bueno despojar jamás a nuestros niños de sus fantasías”. -Pero amigo pensador… estimo que se refirió a: “sus fantasías” y no a las que tú o alguien más le imponga creyendo hacerles bien-. Ese es el mayor de los errores que cometemos al educar a nuestros hijos; INCULCAR. Por eso pienso que estos pequeños detalles de la vida, son los que nos convierten a la larga, en esclavos de una sociedad manejada por un pequeño grupo de manipuladores. Cuando nos despojemos de estas costumbres etiquetadas, seremos más libres y más conscientes.

Esta es la espiral por la que navega sin rumbo nuestro mundo dejando muy poco margen a la creatividad y a nuevas ideas que ayuden a distribuir las riquezas que poseemos. No pueden existir jamás criterios donde ya ha sido formada una ideología. Los pocos hombres que han contribuido con nuevos razonamientos al desarrollo de este planeta, son escasos y con un muy alto coeficiente intelectual, donde se dilucida abiertamente un sentimiento de rebeldía.

Cansado estoy de ver a los padres con sus hijos “bebés” cargados en hombros, disfrutando de un juego de futbol o de una corrida de toros; por supuesto que inculcándoles su fanatismo por estos deportes, que para bien o para mal se han convertido hoy en día en una orgía descentralizada de energúmenos buscadores de pleito. Máxime en el caso de los que tratan de involucrar a sus hijos en el despiadado mundo de la tauromaquia, incitándolos a formar parte de una fiesta tenebrosa, colmada de burlas y abusos en contra de un indefenso animal que termina siendo al final, sacrificado como en las cruzadas ante un público enloquecido y sediento de sangre.

-El deporte es algo muy noble, sano y entretenido, ¿cómo es posible que permitamos su uso en favor de la violencia? Mucho se ha luchado para lograr que no nos hagamos daño en estas prácticas y las empresas que manejan esto como negocio, se empeñan en devolvernos a los ruedos romanos, manipulando el sentimiento de los fanáticos al punto de la insubordinación y el odio. Ya no se puede ir a disfrutar de un buen partido donde no se desaten actos violentos entre la fanaticada, poniendo en peligro a las multitudes y en algunos casos a los propios equipos.

También podemos ver a otros padres sentados junto a sus hijos en la banca de una iglesia, inculcándole el amor a un Dios que nunca verán y esclavizándolos a adorar a tal o mas cual imagen de piedra o yeso, que lo único que puede irradiar es frialdad y silencio. ¿Y para qué? ¿Cree usted que tenga algún sentido hablar con un retrato? -Si trasmite a su hijo esta fantasía como real, la arrastrará durante toda su vida como una verdad y la trasmitirá también a sus nietos y estos a los suyos como una cadena interminable-. Si lo analiza un poco comprenderá que esta es la razón por la que hay tantos religiosos en este mundo y no porque sea parte de la realidad que nos envuelve, pues, aquella ideología que en un principio fue impuesta con la fuerza por sus iniciadores, con el tiempo ha llegado a convertirse en parte de la vida y la gente la practica como una de las tantas costumbres que ya tenemos.

-Las creencias no son parte de nuestro haber ni están implícitas en nuestra historia, son el resultado de una o varias ideologías mal intencionadas, creadas para el provecho de un pequeño grupo de vividores. Si al final nuestros hijos optaran por adherirse a alguna de estas ideologías y seguir sus mandatos por vocación o preferencia, es su entera decisión y entonces debiéramos apoyarlos, antes no.

Por otro lado están aquellos padres que llevan con orgullo una o varias medallas ganadas en alguna guerra, “que estoy seguro ni siquiera entendieron”, pero que libraron impulsados por ese inculcado sentimiento patriótico que nos inoculan los políticos. Estos son los más peligrosos porque inducen a sus hijos por el camino del odio hacia quienes consideran aun sus enemigos, (aunque ya no lo sean). Es un gran error influir en la vida de nuestros niños obligándolos a participar de algún conglomerado partidista sin antes mostrarles cuantos hay y cuales son las líneas de conducta de cada uno. Los hombres endiosados en este campo no pueden jamás haber sido buenas personas, el sólo hecho de “matar” defendiendo cualquier tipo de ideología que no sea en provecho de su propia familia, los hace criminales. Los animales, que no tienen ni remotamente la capacidad de razonar que nosotros, sólo matan para comer o defenderse si llegaran a ver en peligro sus vidas.

(……) -En este paréntesis debiera aparecer una historia que acredita lo que antes digo, pero por su extenso contenido preferí dejarla para la siguiente ponencia. Seguido de este artículo podrás disfrutarla, espero que sea lo suficientemente explícita para aclarar cualquiera duda.

Ahora hablemos de las escuelas; esas estructuras donde se supone aprendemos y que son un bien necesario para la vida de los que pretendemos vivir en comunidades. Esos enormes bancos del conocimiento que nos dan luz, se han convertido con el tiempo, en un proyecto de intereses a largo plazo donde se nos prepara a conveniencia. Y no digo que sea un error el que existan, el error está en la forma que ha sido diseñado el sistema de enseñanza; máxime si son respaldadas por la iglesia donde a cambio te inoculan el veneno de su ideología o los gobiernos que impregnan en nuestros hijos un amor a la patria y a sus héroes con un sentido de complicidad amañado. Que en lugar de crear hombres de bien exentos de rencores, produce guerreros del futuro carentes de sensibilidad y puestos a la violencia. Dejen a nuestros niños razonar para que puedan hacer sus propias conclusiones y entender que la vida no es un caos, si no una fuente llena de posibilidades donde se pueden labrar un futuro digno.

-¿Cómo quieres que tu hijo sea un hombre bueno si desde aquí le están inculcando el odio? Le están enseñando que los “grandes hombres” son aquellos que libran mil batallas y matan a miles de personas (sea en el campo de batalla o desde el confort de una oficina). Que debe imitar a los defensores de una patria que jamás será suya porque ya tiene dueño y que lo poco que podrá lograr se lo deberá a ellos.

Los hombres del futuro serán mejores cuando emerjan de su pubertad con el razonamiento abierto. Y para esto es necesario que las escuelas agreguen una nueva materia a su método de enseñanza; RAZONAR.

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