lunes, 25 de enero de 2010

AVES DE RAPIÑA SOBRE HAITÍ

AVES DE RAPIÑA SOBRE HAITÍ.
Por: Cheo Breñas.

Parecen la gran verdad, tú los ves tan serios, compungidos y tristes que hasta se los crees. Los políticos y los religiosos, por supuesto que haciendo campaña, captando adeptos y promoviendo su imagen. Y los medios de comunicación haciendo su agosto con los videos y fotografías. ¡Tremendo drama!, hasta me hacen llorar con sus clasificadas imágenes.

De acuerdo a lo que se, los comunicadores, el único compromiso que tienen es el de hacernos llegar la información con claridad; ahora resulta que son actores que de acuerdo al caso hacen brotar los sentimientos con tanta pasión que parece que lo sienten. Cargan a los niños, se hacen parte de las familias en desgracia y fingen tan descaradamente el dolor que llegan a confundirse con los afectados. Y todo por lograr una “nota”.

Ahí tienen a Fernando del Rincón y a las chicas de “Al Rojo Vivo” y “Primer Infarto” perdón… quise decir “Primer Impacto” y de otros tantos noticiarios y prensa escrita del planeta, a punto de llorar dando las noticias de Haití; ni ellos mismos se lo creen, pareciera como si sus familias hubieran perecido en la catástrofe. Está bien que se conduelan por esta desgracia, pero sin tanto drama no. Además… Haití lleva 400 años (incluyendo los doscientos de “diz-que” libertad), sufriendo un interminable terremoto de hambre y miseria que a nadie le ha importado nunca, todos los ciclones que se pierden en el caribe pasan por ahí dejando muerte y desolación y a nadie le ha importado nunca. Ahora quieren redimir todos estos años olvidados aprovechando la ocasión, con una lágrima. ¡Que hueva!

Ya no caben en mi archivo la cantidad de políticos, religiosos y sobre todo actores que aprovechando su buena posición y dinero, se han dado un brinquito a Haití para sacarse fotos con los damnificados. Me temo que el mercado de máscaras con semblante de tristeza está haciendo su agosto.

Otro caso es el de Don Francisco, que ha hecho una enorme fortuna a costa del sentimiento de la gente. Desde su programa de los sábados donde se vale de todo tipo de artimañas para entretener a su audiencia, (empezando por la vejación a los nuevos valores del canto y terminando con el regalo de un carro que ni siquiera es de él), hasta su “lloradero” de los miércoles donde “Don Francisco presenta” a personajes famosos, que por alguna razón seden a ventilar sus miserias personales ante las cámaras. Esto sin contar la participación gratis de los artistas que presenta, (de los que se burla cuando puede) y que estos permiten por la indiscutible promoción que les hace. Todo un “maharajá” de la pequeña pantalla con un poder ilimitado y una experiencia sin escrúpulos. Ahora lo podemos ver (igual que en otras ocasiones donde el motivo lo ha merecido) de estrellita ante las cámaras como un “Jesucristo”, promoviendo su imagen sentimental ante los desafortunados y recolectando como es su costumbre, el dinero de los demás; que de alguna manera le deben favores y por lo que les conviene participar en este circo. Lo que no sabe (o mejor dicho, “si sabe”) este señor, es que los pobres y los desvalidos existen gracias a gente como él, que sin detenerse a mirar las necesidades ajenas, amasan enormes fortunas que a la larga pesan sobre los hombros de aquellos, a los que hoy pretende convencer con su trágica y bien ensayada máscara.

Como a este Don Francisco podemos ver a muchos otros, que aprovechándose de este infortunio, pretenden vender su imagen con palabras bonitas y caras tristes. Esta bueno ya de tanta hipocresía, ábranse a las necesidades de este mundo y compartan todo eso que no utilizan para que de una vez se estirpe la pobreza y podamos vivir tranquilamente.

La desgracia que ha sufrido hoy el pueblo de Haití, no debe ser un motivo promocional para los agraciados. Compruébenle a aquello que aman, (sea un Dios o un Demonio) o cualquier otra cosa a la que le deben su suerte, que son agradecidos distribuyendo algo de lo que les han proporcionado. No es necesario amasar más de lo que necesitas cuando otros no tienen ni para comer.

Desde su independencia de los franceses en el año de 1804, los pobladores de Haití no han hecho otra cosa que sobrevivir a los embates tanto naturales, como de abandono ante la opinión pública mundial. Nadie los escucha o apoya en sus reclamos por conseguir un mejor medio de vida, cuando todo el mundo sabe que estas son manipuladas por la élite gobernante en contubernio con empresas y países que se nutren de las pocas riquezas naturales que aún les quedan. Con un aporte presupuestario anual de la comunidad internacional bastante encomiable, con suficiente fondo como para que el país se estabilice, la pobreza se mantiene en cifras extremas. Esto, como todos sabemos, se podía resolver obligando al gobierno a hacer una equitativa distribución de esta ayuda entre sus residentes. Pero no… y como siempre, “las ayudas” quedan en las arcas de un pequeño grupo de cabrones, que vive sobradamente de este sacrificio público internacional.

En cuanto a la ayuda que en estos momentos es enviada de todas partes del mundo para apoyar a esa pobre gente, yo no se donde está porque los residentes de ese país siguen pasando hambre y necesidad. En este pequeño pueblo donde vivo se ha recolectado una gran cantidad de enceres bastos para alimentar por varios días a una gran parte de esa población. ¿Cuántos pequeños pueblos como este donde vivo existen en el mundo que han hecho lo mismo que nosotros? ¿Sabe usted la cantidad de comida y dinero que es? Pregúntese entonces como yo, ¿Dónde está? ¿Por qué no ha llegado a esas personas? Lo que si se puede apreciar es que mientras unos gozan la importancia de ser adorados por un pedazo de pan, otros disfrutan el “viaje todo pagado” para alguna labor involucrada. ¿Cuándo entenderán las personas que la ayuda es una espontaneidad que se da en el momento en que los demás lo necesitan y no cuando uno quiere y si ésta, es de alguna manera redituable?

Ahora tenemos un grupo de sentimentalista que pretende “repartirse los negritos” que según, no tienen familia. Todavía no saben si estos niños son verdaderamente huérfanos y ya andan disputándose esta (y lo digo con franqueza) mercancía. Entre ricos, empresarios de la trata de esclavos y depredadores, tratan de adueñarse de estas desamparadas criaturas, cuando es un hecho que los preferirían “blancos”. ¡Qué ironía!; África está llena de inocentes que mueren de hambre cada segundo y a ninguno se le ocurre adoptar a esos pequeñines, además de que un sinfín de niños de la calle en América Latina, anhelan ser favorecidos por una familia y entre las leyes absurdas de “gobiernos moralistas e hipócritas” que colman de trabas estas intenciones y un jugoso negocio que se escurre entre la corrupción innata de nuestros países, no se llega a concretar nunca una adopción legal obligando al denigrante tráfico de niños. ¿Será que es ahora el momento de aprovecharse y justificar ante la opinión pública, la bondad de sus nobles “pero dudosos” corazones o tal vez necesiten sirvientes al futuro? ¡Qué mal anda este mundo! ¡Qué manera de hacer dinero con el dolor ajeno!

Por la experiencia de años pasando lo mismo cuando algún país del tercer mundo cae en desgracia, dudo que el final de toda esa ayuda sea el destino en cuestión. El camino es largo y los permisos de embarque y admisión podrían demorar más de lo previsto. Que pena que nuestra intención de ayudar vaya a parar a los bolsillos de otro… que al final no lo necesita tanto como nosotros.

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