CARTA A UNA COMPATRIOTA
Mí estimada compatriota:
Primero quiero darle las gracias por dedicarme un poco de su tiempo, le aseguro que me sorprendió; generalmente no participo en los debates de la red porque parece que las personas que allí escriben lo hacen solamente con el ánimo de confrontación, tratando de imponer criterios soeces y llenos de insultos que no resuelven nada, aunque en el mayor de los casos, de dolor e impotencia pero sin el menor interés de concordancia y razonamiento. Yo prefiero RAZONAR.
El gobierno cubano sigue ahí porque todos los países del mundo se han confabulado para que así sea. A los que hemos logrado salir nos han cortado las manos y nos han redimido a la limosna de la acogida, insinuándonos “ahí tienes para vivir tranquilízate y confórmate”. Mientras han dejado engordar a un enemigo que genera mucha riqueza “Fidel Castro”; lo cual ha traído como consecuencia la diseminación y agrandamiento de la extrema izquierda en América Latina.
Ahora parece que empiezan a dudar ante este nuevo resurgimiento y no saben qué hacer para frenarlo. La mancha voraz color rojo escarlata de la izquierda, se mueve a pasos agigantados sedienta de terrenos sobre el continente, comprando a todo aquel líder de mente débil, que quiere eternizarse en el poder y llenar sus arcas con el dinero del pueblo. Prometiendo sueños lejos de cumplirse y engañando a los olvidados con un nuevo socialismo del siglo XXI que se vislumbra de la misma manera que el anterior, PODER.
Todos se han aprovechado de nuestro dolor y nadie ha escuchado nuestros gritos. La prensa internacional ha ganado mucho dinero porque sabe que todo lo que venga de cuba y sobre todo de Fidel Castro es noticia, es la imagen más vendida después de Cristo y ellos lo saben. Los empresarios salen de sus saldos enviándolos a Cuba a través de otros países, porque el “díz” que bloqueo es una herramienta más que aprovechable para el mercado. Los religiosos también han sabido sacarle partido a esta desgracia nuestra, utilizándonos como ejemplo para sus sermones y conmoviendo el corazón de sus fieles para vender sus mentiras. Y los políticos… Ah los políticos; arriada de vividores sin escrúpulos que hacen su campaña desde la otra tribuna con promesas de resolución que jamás cumplen. Cuanta falsedad y cuanta hipocresía apoyada en nuestro sufrimiento. Y hasta las empresas turísticas de los países vecinos se han beneficiado con nuestra desgracia, promoviendo sus sitios de veraneo a falta de la libertad de acceso a los nuestros, hoy abandonados y cercados en su propósito.
Esto es lo que me entristece de nuestra suerte y es por lo que no soy muy participativo, pues el circo no para de dar funciones y los espectadores sólo pagan su boleto para ver.
http://jinetesdelvedado.blogspot.com/
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