sábado, 14 de agosto de 2010

DE ESPÍAS A ESPÍAS

DE ESPÍAS A ESPÍAS
Por: Cheo Breñas.

Los espías a mi parecer no son otra cosa que empleados de alguna entidad o gobierno que responden como ojos vigilantes, dependiendo de los intereses del Centro de Inteligencia que lo emplea y/o la capacidad del elemento en cuestión.

Este tipo de trabajo, que aunque es definido como “de alto riesgo”, dada la importancia y peligrosidad que lleva implícito, puede considerarse como un oficio o especialidad donde deben estar presentes ciertas características, generalmente de tipo vocacional en cada individuo.

Para mi punto de vista existen tres tipos de espías importantes sobre los que descansa el presente y el futuro de este mundo:

EL ESPÍA TRADICIONAL. –Este tipo de elemento es utilizado por todos los gobiernos del hemisferio y es infiltrado con el sólo propósito de recabar información de la potencia o país al que se le asigna, con el fin de conocer las estrategias y posibles violaciones de esa nación al compromiso internacional previamente acordado. Este espía es un informante que toma el dato y lo transfiere tal y como lo recibió a su centro de control por una paga.

EL ESPÍA EMPRESARIAL. –Este tipo de espía es por lo general un especialista en el campo donde se desempeña y recaba y pasa información a la competencia a cambio de una importante suma de dinero. Gente inconforme o ambiciosa que no está de acuerdo con lo que considera una miseria de sueldo, cuando cree merecer mucho más por su trabajo.

Y EL ESPÍA IDEOLÓGICO. – este es el más peligroso de todos los espías porque más que un informante es una máquina de destrucción preparada ideológicamente por el gobierno o entidad a la que representa para desestabilizar a aquel país que considera su “enemigo”. Este tipo de espía cree ciegamente en una causa que le enseñaron a querer y que jamás se interesó en confirmar si era verdaderamente justa. Este elemento llega a sentirse en ocasiones con el derecho a tomar ciertas decisiones muy arriesgadas que pueden poner en peligro no sólo al gobierno o país donde se infiltra, si no hasta a la entidad a la que representa. Este elemento lleva inculcado en la sangre el odio hacia el enemigo que ha infiltrado y no se tocará jamás el corazón para tratar de aplastarlo. Es un soldado aniquilador que hará todo lo posible por destruir a su enemigo aunque para eso tenga que inventar o tergiversar la información que transfiere.

Aunque existe además otro tipo de espía más moderno que ahorra mucho dinero y tiempo de entrenamiento a las centrales de espionaje del mundo. Ese espía eres tú, que con la camarita de tu teléfono móvil, captas inconscientemente imágenes comprometedoras que después subes a la red del internet poniéndola a disposición de todo el ciberespacio. Ese Espía lo podríamos llamar ESPÍA INCONSCIENTE.

Por eso me desconcierta cuando escucho a los Castros exigiendo la devolución o el intercambio de sus “cinco espías” detenidos y procesados en Los Estados Unidos. Cinco peligrosas ojivas humanas, que se encargaban de crear conflictos desde las mismísimas entrañas de la potencia más grande del mundo, sin el menor interés por las consecuencias que pudieran acarrear sus (quien sabe) tan fieles informes secretos. Cinco enemigos de la libertad que aprovechando las condiciones que ofrece la democracia, ponían en peligro la estabilidad de esta nación con saña y alevosía. Y que además, para ironía de su pueblo, disfrutaban de lujos que jamás tendrían en su desafortunado país, ni ellos ni los que viven sufriendo de necesidades impuestas por una dictadura sin precedentes en la historia de América. Autómatas cegados por una ideología cruel e hipócrita que ha costado millones de vidas en todo el mundo, tratando de imponer un sistema totalitario que va en contra de las libertades y los derechos de las sociedades.

Y todavía tienen la osadía y la desfachatez de comparar el intercambio de los espías rusos con sus abominables cinco espías cubanos. ¿Será que tienen alguna similitud? Parece como si el gobierno cubano no supiera que la KGV dejó de existir con la desaparecida Unión soviética y que Rusia ya no es un enemigo potencial de Los Estados Unidos. Que no son, ni pueden ser comparables los intereses del espionaje ruso-norteamericano, con los de la comunista e intransigente dictadura castrista. ¿Cómo se atreven a exigir que se tenga con ellos la misma concesión que con la Rusia de hoy? ¿Cómo se atreven a comparar lo incomparable y a pelear tan cínicamente la libertad de quienes han infringido tanto daño a esta nación? Aprendan a admirar la deslumbrante luz de su luna, porque como dijo nuestro Apóstol José Martí; Sólo los desagradecidos han de ver sus manchas.

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